UN DÍA DE RECREO

Hola amigos, espero que les sirvan las vacaciones para descansar, para estar en familia ya que el trabajo, la escuela y demás actividades cotidianas muchas veces no nos permiten disfrutar de la familia... éste es el momento.

Así, igual los Kaboones nos tomamos un día de descanso para convivir en otro sentido, (aunque siempre estamos juntos, ¿verdad?) y haciendo un desatino controlado, como le llamamos nosotros a la improvisación, nos lanzamos al Zócalo de la ciudad de México para visitar la exposición, Huellas de la Vida, en donde se exhiben algunos restos de dinosaurios.

Algunos se fueron en metro, mientras que otros nos fuimos en taxi porque Hoacho no puede caminar ni transportarse en camión por lo mal que está de su rodilla.
Cuando llegamos ya los demás nos estaban esperando, corrimos a formarnos y desde la entrada nos sorprendió que todo está muy bien organizado, incluso la presentación, de primer mundo: bien presentado para la gente.

En el lugar hay algunos restos originales y otros son réplicas, los originales de estas réplicas están en un museo en Coahuila de donde son originarios los restos exhibidos. Nos impresionó el esqueleto de los diversos Therodactilos (uno de mis favoritos), así como las fauces del Megalodonte. También la diferencia de esqueletos entre el macho y la hembra de Tiranosaurio, de ver el grosor de los huesos de sus piernas, estaban tremendos. Pensar que si alguno de ellos te persiguiera en vida, sí es de aterrorizarse.
Aún así son una maravilla de la naturaleza que no deja de admirarnos. Desgraciadamente no permiten tomar fotografías porque hay huesos originales y les puede afectar.
Ya a la salida, Bombilla se quiso tomar una foto en un lugar en donde con photoshop la editaban con el fondo de un paisaje con dinosaurios, y que vamos las dos. Pues la verdad quedó muy simpática, el señor que estaba a cargo nos dijo que era la primera vez que alguien se fotografiaba queriendo besar al dinosaurio, toda la gente y los que estábamos ahí reímos y yo les comenté que Bombi tiene un personaje que es su alterego, quien tiene un dinosaurio como mascota. De ahí pasamos a esperar nuestra fotografía mientras el chico que atendía me empezó a hacer la plática y entre dimes y diretes salió al tema que nos dedicábamos a la realización de comics, etc., su compañera que se encontraba a un lado de él en la computadora, volteó para verme y hacer un comentario pero en eso, vio mi playera que traía el logo de Karmatrón... inmediatamente me preguntó: "¿Ustedes hacen Karmatrón?"--- a lo que respondí --- Sí, mi esposo es el creador.--- me hice a un lado para presentarlo.

---¡Yo leía Karmatrón! ¡Cómo no!¡ Yo quiero un autógrafo! Así que Oscar empezó a dar autógrafos y la señora que estaba antes que nosotros en la fila, pues que compra dos cuentos de iluminar para sus hijos pero para que Oscar se los pudiera autografiar.
Total, antes de irnos la chica dejó lo que estaba haciendo para estrechar la mano de Oscar.
Ellos dos vienen de Cancún.
La otra persona que estaba en otra computadora es una actriz que en estos momentos no está trabajando en ningún lado porque tuvo un bebé. Pero la reconocimos y platicamos con ella.

Después caminamos por el centro y visitamos la antigua escuela de Oscar: La Academia de San Carlos, sólo que no tuvimos suerte porque estaba cerrada. Eso no nos detuvo para sacar la fotografía de la fachada con Oscar "posando", también aprovechamos para ver algunos locales.

Fuimos a comer al Burger King unas ricas hamburguesas y de ahí al Museo del Estanquillo. Está increíble, hay cosas personales de personajes de nuestra historia como la libreta de fotografías de Benito Juárez, fotografías de artistas...






Fotografías de los años veinte de Dolores del Río que me impresionaron por lo elegante, guapa y fina que era esta actriz. Se toca también el tema de lo importante que era el arte de la fotografía para las familias, el retoque de fotografías con pintura al oleo para darles color, una pintura de la mujer que luchó por el derecho de la mujer de votar y ser votada, algunos retratos tridimensionales, etc. todo era mucho más artístico... impresionante.



También hay una pequeña exposición como homenaje al trabajo de Guillermo del Toro.



Conozcan este Museo del Estanquillo, es para deleitarse un buen rato.

Y seguimos con el desatino, caminamos por algunas calles en donde venden libros viejos, y encontramos uno que lleva una portada realizada por mi suegro, Oscar González Guerrero; un libro especial de Michelle Pfeiffer ya que soy fan de su trabajo como actriz; y un libro de guionismo como documentación; y seguimos nuestro camino hasta llegar a La Torre Latinoamericana. ¡En los años que llevo de vida siempre había querido subir a este monumento! pero por una u otra cosa no había podido ir, esta vez entraríamos a conocerla.


En el traspatio tienen un jardín reciclado, es decir, a alguna persona se le ocurrió utilizar botes de basura como macetas en donde sembraron bambú y otras plantas, y la mitad de unas llantas las utilizaron para rellenarlas de tierra y sembrar pasto... ¡es la idea más deliciosa para descansar! Tienen que probarlo, ¡excelente idea! Algunos tienen agua con peces y plantas, por otro lado también hay bancas.




Platicamos con un señor que lleva 25 años trabjando de elevadorista de La Torre, y nos contó que una compañera de él lleva 50 años en la misma empresa. !Waw!
Ya que subimos la primera parte, teníamos que abordar un segundo elevador, pero esperamos nuestro turno ya que iba lleno, mientras tanto nos deleitamos con la vista que había frente a nosotros. Veíamos aterrizar los aviones en el Aeropuerto.


Subimos otro tanto, hasta la punta en donde está enrejado y reforzado pero al aire libre, ¡increíble!







Nos tomamos un Ice mientras descansamos y admiramos la vista. Más tarde regresamos al Estudio como llegamos.

Este día de recreo nos permitió percibir de otra manera a los demás Kaboones, disfrutamos el salir en grupo y simplemente, caminar juntos.