jueves, diciembre 03, 2009

19 AÑOS.

Generalmente la gente tiende a decir: "¡Cómo pasa el tiempo!", tal vez estamos tan sumergidos en nuestros problemas y situaciones cotidianas que no percibimos las cosas importantes.
Generalmente nos damos cuenta que el tiempo corre cuando volteamos la mirada y vemos cuánto han crecido nuestros hijos, "el tiempo pasa como agua", pero en mi caso ha sido diferente.





Aún cuando en mi vida han existido momentos difíciles, presiones, viajes, trabajo, como en la vida de cualquier persona, siempre el contacto y unificación con mi hijo ha sido primordial.
Cada instante segundo a segundo desde que estuvo en mi vientre, ha tenido mi atención, aún cuando mi madre lo cuidaba mientras estaba yo en la lucha, desde entonces, por reactivar nuestro medio al lado de mi esposo.



Algunas personas allegadas criticaban preocupadas el hecho de yo pasar tanto tiempo sumergida en el ir y venir de mi agonizante medio, (el cual no conocían) mientras pensaban descuidaba a mi hijo, pero no era así; la unificación con él era total, ambos teníamos el código para luchar juntos sin importar los espacios y tiempos, para disfrutarnos y para crecer juntos.
¿Cuántas personas, contadas mi parentela, estando "juntas" están más divididas?



Con Saday pasamos tantas vicisitudes, alegrías, luchas, que nos hicieron crecer y lo seguimos haciendo, momentos de calidad, más que de cantidad.













Ahora que cumple diez y nueve años, a un paso de terminar su carrera de chef, con grandes sueños de seguir perfeccionándose, y viendo su talento y crecimiento como ser humano, puedo decir que aún queda mucho que recorrer juntos, nuestra aventura por esta vida la hemos disfrutado en un kuan que elimina fronteras; que no ha pasado en un abrir y cerrar de ojos porque cada instante hemos vivido en él y él en nosotros, porque el camino lo recorremos juntos no divididos.

¡Feliz cumpleaños, chamaco!

No hay comentarios.: