Ya un poco despejada de tanto ajetreo, me siento frente a la computadora para compartirles lo último que aconteció en ¡Ka-Boom!, del año 2008.
El 2 de diciembre fue cumpleaños de mi hijo Ángel, ya cumplió la mayoría de edad, y fue una fecha especial para nosotros por muchas razones personales.
Como pueden ver el adorno del pastel no era muy adoc con la edad pero no había mucha variedad y estaba delicioso.
También fue cumpleaños de Mary, el 4 de diciembre, como ven, este mes es muy intenso, se nos juntan varios festejos.
Pues el 27 de diciembre fue mi cumpleaños, y lo festejamos con algunos amigos con la comedera de unos buenos tacos de carne asada.
No faltaron los nopalitos, chorizo y unas salsas que hizo Ángel para darle un delicioso toque. También marinó la carne y la verdad estaba de re'chupete.
Por primera vez comimos en el patio trasero de la casa lo que nos hizo sentir otro ambiente más relajante, parece mentira pero sí cambia la sensación.
Ya en la noche me cantaron las mañanitas al estilo K! y tuve que partir... ¡cuatro pasteles!, uno de ellos lo hizo mi hijo Ángel el cual fue muy especial para mi, y los otros tres (no menos especiales) los trajeron Carlos Segundo y Rafael Varela, nuestro doc de cabecera. (Lástima que el doc se tuvo que retirar antes porque tenía que checar a un paciente, ni hablar, el deber llama).
No faltaron algunos regalos de mis amigos y familia: Un especial de Mr. Bean con algunos capítulos de la serie, las películas y algunos capítulos de la serie animada, y como plus traía de regalo el osito de peluche de Mr. Bean; un disco que ya tenía mucho tiempo andaba yo buscando de José José y el cual en su momento vendió millones de copias: Secretos; un dico de mi cuarteto favorito ABBA y un CD y DVD de Il Divo, los cuales yo confundía con otro artista y la verdad los recomiendo ya que son un cuarteto de baritonos y la producción está excelente, para sentarse a escucharlos con una buena taza de café y deleitarse un buen rato; la película de MAMA MÍA que también trae su CD; La serie completa de Sandy Bell; una bolsa de mezclilla que me encantó... y todavía faltan algunos que encargaron pero no han llegado. Así que no me fue mal, je.
El lunes siguiente operaron a mi hijo. El hospital en donde lo operaron tiene un muy cálido trato, con decirles que nos quedamos cuatro personas en la habitación, además que la atención de las enfermeras y los doctores fue muy familiar, algo fuera de lo común de muchos hospitales en donde los doctores han perdido toda sensibilidad y llaman a los pacientes por número, ni siquiera por su nombre. El director general del Sanatorio Santa Rosa, es el doctor Eloy Rodríguez Franco anestesiólogo y un excelente médico a quien le agradecemos todas las atenciones.
EL médico que operó fue el doctor Carlos M. Martínez M., recomendado por nuestro doc Rafael Varela.
Aquí sucedio algo muy gratificante (para variar). No quiero sonar presuntuosa pero es verdad: ya estamos acostumbrados a estas experiencias tan gratas.
Resulta que a la semana fuimos con el doctor Martínez para que le quitaran los puntos a Saday. Cuando el doctor estaba preparando la receta nos preguntó si el doctor Varela era pariente nuestro porque un día después de dar de alta a Saday, se presentó para ver todos los pormenores de la operación para darle seguimiento al caso.
Oscar le comentó que no es familiar de sangre pero pertenece a la familia de manera espiritual, que es lector de su revista y de ahí le platicamos que maneja la musicoterapia a lo que le interesó al doctor Martínez, comentando que eso es muy bueno y la iridología etc.
Fue entonces cuando Oscar le dio su tarjeta por lo que se pudiera ofrecer, y que ya lo tomaríamos también como médico de cabecera (ya que nos gustó su manera de pensar y proceder, muy humano y muy profesional).
Mientras Oscar seguía hablando vimos como el doctor observaba la tarjeta, de pronto la levantó a la altura de su vista y después de unos instantes de silencio pronunció lentamente...
--- ¿¡Usted es... Oscar... González Loyo!?
--- Sí.--- Contestó Oscar mientras Ángel y yo lo mirábamos con cierta alerta que despierta en nosotros cuando suceden estas cosas.
--- ¿Usted hace... Karmatrón... y... y...?
--- ...y Los Transformables.--- Contestó inmediatamente Ángel esperando lo que todos sabíamos que iba a decir.
--- ¡Yo leía esa revista! ¡Era increíble!--- Comentó muy emocionado al tiempo que se le subía el color a la cara.
Oscar y yo nos reímos complacidos mientras Ángel decía, ----¡No puede ser! ¡No puede ser!--- mientras se tapaba la cara con "incredulidad".
--- ¿Por qué dices que no puede ser?--- Preguntó el doctor a Saday con curiosidad.
--- Porque a donde quiera que vamos siempre mi papá encuentra a un lector, a donde quiera, no puede ser.--- Comentaba Ángel sonriendo y también emocionado, compartiendo esta experiencia.
--- ¡Es que no lo puedo creer! ¡No lo puedo creer que lo haya conocido aquí! ¡No lo puedo creer!--- Seguía diciendo pero ahora gritaba emocionado, si antes nos presentaba su posición de médico, ahora había salido el corazón del fan, estaba completamente transformado.
Bueno para no hacer el cuento largo, terminamos tomándonos fotos y nos dijo que daría seguimiento a todo lo que se hiciera de Karmatrón.
¿Cómo la ven?
¡Por esto y más, seguimos en pie de guerra!
Y ya el Año Nuevo la pasamos muy tranquilos sin algunos de los Kaboones... ¡ja, ja, ja! No es cierto, ¡si lo leen los Kaboones no me la acabo!, ¡gulp!
Esta vez hice, por primera vez en diez y ocho años, el pavo adobado relleno de picadillo. ¡Fue la sensación! Yo pensaba que no les iba a gustar y por eso no lo había hecho con esta receta, pero fue todo lo contrario. Lástima que Ángel no pudo comerlo porque lo acababan de operar, y se estuvo quejando, ja, ja, ja. Diez y ocho años y la primera vez que lo hago no lo pudo comer. Bueno para la próxima.
El 2 de diciembre fue cumpleaños de mi hijo Ángel, ya cumplió la mayoría de edad, y fue una fecha especial para nosotros por muchas razones personales.
Como pueden ver el adorno del pastel no era muy adoc con la edad pero no había mucha variedad y estaba delicioso.
También fue cumpleaños de Mary, el 4 de diciembre, como ven, este mes es muy intenso, se nos juntan varios festejos.
Pues el 27 de diciembre fue mi cumpleaños, y lo festejamos con algunos amigos con la comedera de unos buenos tacos de carne asada.
No faltaron los nopalitos, chorizo y unas salsas que hizo Ángel para darle un delicioso toque. También marinó la carne y la verdad estaba de re'chupete.
Por primera vez comimos en el patio trasero de la casa lo que nos hizo sentir otro ambiente más relajante, parece mentira pero sí cambia la sensación.
Ya en la noche me cantaron las mañanitas al estilo K! y tuve que partir... ¡cuatro pasteles!, uno de ellos lo hizo mi hijo Ángel el cual fue muy especial para mi, y los otros tres (no menos especiales) los trajeron Carlos Segundo y Rafael Varela, nuestro doc de cabecera. (Lástima que el doc se tuvo que retirar antes porque tenía que checar a un paciente, ni hablar, el deber llama).
No faltaron algunos regalos de mis amigos y familia: Un especial de Mr. Bean con algunos capítulos de la serie, las películas y algunos capítulos de la serie animada, y como plus traía de regalo el osito de peluche de Mr. Bean; un disco que ya tenía mucho tiempo andaba yo buscando de José José y el cual en su momento vendió millones de copias: Secretos; un dico de mi cuarteto favorito ABBA y un CD y DVD de Il Divo, los cuales yo confundía con otro artista y la verdad los recomiendo ya que son un cuarteto de baritonos y la producción está excelente, para sentarse a escucharlos con una buena taza de café y deleitarse un buen rato; la película de MAMA MÍA que también trae su CD; La serie completa de Sandy Bell; una bolsa de mezclilla que me encantó... y todavía faltan algunos que encargaron pero no han llegado. Así que no me fue mal, je.
El lunes siguiente operaron a mi hijo. El hospital en donde lo operaron tiene un muy cálido trato, con decirles que nos quedamos cuatro personas en la habitación, además que la atención de las enfermeras y los doctores fue muy familiar, algo fuera de lo común de muchos hospitales en donde los doctores han perdido toda sensibilidad y llaman a los pacientes por número, ni siquiera por su nombre. El director general del Sanatorio Santa Rosa, es el doctor Eloy Rodríguez Franco anestesiólogo y un excelente médico a quien le agradecemos todas las atenciones.
EL médico que operó fue el doctor Carlos M. Martínez M., recomendado por nuestro doc Rafael Varela.
Aquí sucedio algo muy gratificante (para variar). No quiero sonar presuntuosa pero es verdad: ya estamos acostumbrados a estas experiencias tan gratas.
Resulta que a la semana fuimos con el doctor Martínez para que le quitaran los puntos a Saday. Cuando el doctor estaba preparando la receta nos preguntó si el doctor Varela era pariente nuestro porque un día después de dar de alta a Saday, se presentó para ver todos los pormenores de la operación para darle seguimiento al caso.
Oscar le comentó que no es familiar de sangre pero pertenece a la familia de manera espiritual, que es lector de su revista y de ahí le platicamos que maneja la musicoterapia a lo que le interesó al doctor Martínez, comentando que eso es muy bueno y la iridología etc.
Fue entonces cuando Oscar le dio su tarjeta por lo que se pudiera ofrecer, y que ya lo tomaríamos también como médico de cabecera (ya que nos gustó su manera de pensar y proceder, muy humano y muy profesional).
Mientras Oscar seguía hablando vimos como el doctor observaba la tarjeta, de pronto la levantó a la altura de su vista y después de unos instantes de silencio pronunció lentamente...
--- ¿¡Usted es... Oscar... González Loyo!?
--- Sí.--- Contestó Oscar mientras Ángel y yo lo mirábamos con cierta alerta que despierta en nosotros cuando suceden estas cosas.
--- ¿Usted hace... Karmatrón... y... y...?
--- ...y Los Transformables.--- Contestó inmediatamente Ángel esperando lo que todos sabíamos que iba a decir.
--- ¡Yo leía esa revista! ¡Era increíble!--- Comentó muy emocionado al tiempo que se le subía el color a la cara.
Oscar y yo nos reímos complacidos mientras Ángel decía, ----¡No puede ser! ¡No puede ser!--- mientras se tapaba la cara con "incredulidad".
--- ¿Por qué dices que no puede ser?--- Preguntó el doctor a Saday con curiosidad.
--- Porque a donde quiera que vamos siempre mi papá encuentra a un lector, a donde quiera, no puede ser.--- Comentaba Ángel sonriendo y también emocionado, compartiendo esta experiencia.
--- ¡Es que no lo puedo creer! ¡No lo puedo creer que lo haya conocido aquí! ¡No lo puedo creer!--- Seguía diciendo pero ahora gritaba emocionado, si antes nos presentaba su posición de médico, ahora había salido el corazón del fan, estaba completamente transformado.
Bueno para no hacer el cuento largo, terminamos tomándonos fotos y nos dijo que daría seguimiento a todo lo que se hiciera de Karmatrón.
¿Cómo la ven?
¡Por esto y más, seguimos en pie de guerra!
Y ya el Año Nuevo la pasamos muy tranquilos sin algunos de los Kaboones... ¡ja, ja, ja! No es cierto, ¡si lo leen los Kaboones no me la acabo!, ¡gulp!
Esta vez hice, por primera vez en diez y ocho años, el pavo adobado relleno de picadillo. ¡Fue la sensación! Yo pensaba que no les iba a gustar y por eso no lo había hecho con esta receta, pero fue todo lo contrario. Lástima que Ángel no pudo comerlo porque lo acababan de operar, y se estuvo quejando, ja, ja, ja. Diez y ocho años y la primera vez que lo hago no lo pudo comer. Bueno para la próxima.
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