Con gran tristeza les quiero comentar que hoy nos enteramos de una noticia que nos dejó fríos a todo el Estudio: Alberto, "El Negro" Hinojosa, ha muerto.
Estábamos terminando de comer cuando sonó el teléfono y contestó Rebeca, el tono de su voz nos puso alertas inmediatamente, era Luis Gantus quien nos daba la mala noticia.
Todos nos quedamos idos, ¡no podíamos creer lo que nos decía Oscar, quien habló con Gantús de lo sucedido!: ¡Lo encontraron muerto en su casa... en solitario! El MP entró porque alguien llamaba a su puerta sin resultado alguno y esto llamó la atención. Después, con el correr de las horas supimos que tenía días (yo presumo que meses) que se sentía mal, y algunos compañeros de trabajo comentan que se la pasaba tomando mucha agua, de manera exagerada que hasta le hacían burla, tuvo un vaguido y lo llevaron a una hospital porque dicen que incluso se veía con el semblante succionado y pálido y que ya estaba muy delgado, ahí le detectaron una fuerte hipoglucemia y le instaron para ser hospitalizado pero desistió, prometió regresar al día siguiente para hacerse unos análisis y el día miércoles parece que se desmayó y murió entre las 10:00 de la noche del miércoles y la mañana del jueves de un coma diabético.
Alberto siempre fue una persona hermética que después de fallecer sus padres en un accidente, no hablaba de su familia, incluso yo no sabía que tenía una hermana y parece que un medio hermano.
Como profesional era un muy buen artista. Él fue uno de los primeros K! que convivió con nosotros y después de seguir por otra vereda, lo seguimos sintiendo parte de nuestra familia. Aún con sus defectos siempre lo procuramos. Recuerdo cuando teníamos la tienda K! en el pasillo del Sapo Cancionero, en Satélite, cada fin de semana llegaba a participar de los proyectos autorales y pocos trabajos que salían en ese entonces, a veces llegaba también entre semana, ya en la tarde comprábamos pollos rostizados y nos sentábamos a comer todos juntos en una mesa dispuesta afuera de la tienda.
Muchas veces lo sentíamos retraído y lo bromeábamos para que se sintiera parte no sólo del equipo de artistas sino de amigos, él sonreía y lo agradecía.
En lo personal siempre lo consideré para trabajar juntos en algún proyecto, ya que hicimos buena mancuerna y me gustaba trabajar con él. Conocimos a sus papás y llegamos a platicar con ellos, eran personas muy humildes, sencillas y a él lo veía contento de que eran aceptados por nosotros. Lo veía orgulloso de ellos.
Después se separó unos años y cuando organizamos UTOPÍA 2003, le dimos un lugar en el pasillo de los artistas, como debía ser, y le entregamos La Plumilla de Plata, como reconocimiento a su carrera profesional. Eso le conmovió mucho y fue un grato reencuentro, a mí me tocó entregarle el premio y lo abracé con mucho cariño, haciéndole sentir que se merecía tal reconocimiento y seguía formando parte de esta hermandad que años atrás se había consolidado aunque las situaciones obstaculizaran la materialización de una misma meta. Fue entonces cuando nos enteramos que sus papás habían fallecido en un accidente y les dedicó el premio, creo que esto fue tremendo para él, y no dudo que no lo haya podido superar por el gran cariño que les tenía, pero sólo él lo supo.
Nos entristece la manera en que murió... sólo. Y no vio la preocupación que generó en la gente cercana a él, quienes desesperadamente buscábamos a algún familiar para que reclamara su cuerpo.
Fue autor de Diamante y Espada, obra que formó parte de ¡Ka-Boom! El Cómic; Gallardo; Johanna; en la revista MAD: El departamento necrológico del Negro Hinojosa; El Gato, tira que actualmente realizaba en el periódico El Metro.
Estos son algunos de sus trabajos.
Generosamente, la Agencia Gaudelli, en donde trabajaba, se ocupó del funeral y el entierro.
Esto nos pone a pensar, nos concientiza de muchas formas en las eternas rencillas que se manifiestan en nuestro medio por egos que dejan mucho que desear cuando no se busca mas que el beneficio personal y no un bien común, aún cuando vamos en el mismo tren.
Es muy triste lo que ha pasado, que Hinojosa haya quedado ahí, tirado, sólo, en un encierro interno que lo llevó a la muerte.
Todos nos quedamos idos, ¡no podíamos creer lo que nos decía Oscar, quien habló con Gantús de lo sucedido!: ¡Lo encontraron muerto en su casa... en solitario! El MP entró porque alguien llamaba a su puerta sin resultado alguno y esto llamó la atención. Después, con el correr de las horas supimos que tenía días (yo presumo que meses) que se sentía mal, y algunos compañeros de trabajo comentan que se la pasaba tomando mucha agua, de manera exagerada que hasta le hacían burla, tuvo un vaguido y lo llevaron a una hospital porque dicen que incluso se veía con el semblante succionado y pálido y que ya estaba muy delgado, ahí le detectaron una fuerte hipoglucemia y le instaron para ser hospitalizado pero desistió, prometió regresar al día siguiente para hacerse unos análisis y el día miércoles parece que se desmayó y murió entre las 10:00 de la noche del miércoles y la mañana del jueves de un coma diabético.
(De izquierda a derecha) Alberto, "El Negro", Hinojosa; Ricardo García, "Micro"; y Oscar González Loyo.
Alberto siempre fue una persona hermética que después de fallecer sus padres en un accidente, no hablaba de su familia, incluso yo no sabía que tenía una hermana y parece que un medio hermano.
Como profesional era un muy buen artista. Él fue uno de los primeros K! que convivió con nosotros y después de seguir por otra vereda, lo seguimos sintiendo parte de nuestra familia. Aún con sus defectos siempre lo procuramos. Recuerdo cuando teníamos la tienda K! en el pasillo del Sapo Cancionero, en Satélite, cada fin de semana llegaba a participar de los proyectos autorales y pocos trabajos que salían en ese entonces, a veces llegaba también entre semana, ya en la tarde comprábamos pollos rostizados y nos sentábamos a comer todos juntos en una mesa dispuesta afuera de la tienda.
Muchas veces lo sentíamos retraído y lo bromeábamos para que se sintiera parte no sólo del equipo de artistas sino de amigos, él sonreía y lo agradecía.
En lo personal siempre lo consideré para trabajar juntos en algún proyecto, ya que hicimos buena mancuerna y me gustaba trabajar con él. Conocimos a sus papás y llegamos a platicar con ellos, eran personas muy humildes, sencillas y a él lo veía contento de que eran aceptados por nosotros. Lo veía orgulloso de ellos.
Después se separó unos años y cuando organizamos UTOPÍA 2003, le dimos un lugar en el pasillo de los artistas, como debía ser, y le entregamos La Plumilla de Plata, como reconocimiento a su carrera profesional. Eso le conmovió mucho y fue un grato reencuentro, a mí me tocó entregarle el premio y lo abracé con mucho cariño, haciéndole sentir que se merecía tal reconocimiento y seguía formando parte de esta hermandad que años atrás se había consolidado aunque las situaciones obstaculizaran la materialización de una misma meta. Fue entonces cuando nos enteramos que sus papás habían fallecido en un accidente y les dedicó el premio, creo que esto fue tremendo para él, y no dudo que no lo haya podido superar por el gran cariño que les tenía, pero sólo él lo supo.
Nos entristece la manera en que murió... sólo. Y no vio la preocupación que generó en la gente cercana a él, quienes desesperadamente buscábamos a algún familiar para que reclamara su cuerpo.
Fue autor de Diamante y Espada, obra que formó parte de ¡Ka-Boom! El Cómic; Gallardo; Johanna; en la revista MAD: El departamento necrológico del Negro Hinojosa; El Gato, tira que actualmente realizaba en el periódico El Metro.
Estos son algunos de sus trabajos.
Generosamente, la Agencia Gaudelli, en donde trabajaba, se ocupó del funeral y el entierro.
Esto nos pone a pensar, nos concientiza de muchas formas en las eternas rencillas que se manifiestan en nuestro medio por egos que dejan mucho que desear cuando no se busca mas que el beneficio personal y no un bien común, aún cuando vamos en el mismo tren.
Es muy triste lo que ha pasado, que Hinojosa haya quedado ahí, tirado, sólo, en un encierro interno que lo llevó a la muerte.
Descanse en paz, nuestro buen amigo, Alberto, "El Negro", Hinojosa.
2 comentarios:
Sí... a mi también me dejó ese sabor de boca su partida. Imaginándolo sólo en sus últimos momentos.
Leí en el blog de Bef que sus identificaciones estaban a la vista, cerca de donde encontraron su cuerpo.
Me extraña que haya personas que vivan tan apartadas de los demás en una ciudad tan grande como esta.
Es un caso triste para el medio del cómic nacional, puesto que Alberto tenía muchas ideas, proyectos; y estaba dispuesto a llevarlos a cabo.
Una gran lástima... :-(
Así es, Mau, es una tristeza que la gente te recuerde con esa cara de pocos amigos como lo recuerdan muchos, o tan negativo que ni valga la pena recordarte.
Vivió y murió como el humor macabro que lo caracterizaba.
Nosotros por lo pronto lo recordaremos de otra manera, como lo digo en mi blog, pero siento que quedó inconcluso, tenía mucho que dar todavía.
¡En fin!
OM
Publicar un comentario